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lunes, 12 de diciembre de 2011

Me busco


Cierro la puerta de mi habitación. Me tumbo en mi cama, demasiado ancha, y empiezo a escribir. He intentado dormir, cerrar los ojos e irme al mundo en que suelo estar siempre. A mi mundo, en mis noches. Aunque hoy parece imposible. Una gran fuerza se ha apoderado de mí. No puedo reprimir mis lágrimas, no puedo hacer que dejen de caer. Siento un vacío dentro de mí, un hueco. Y pongo un poco de música para romper este maldito silencio, pero todas las canciones me hacen llorar. Y me siento ridícula, no estoy mal. Sólo que a veces, necesito desahogarme, a solas, escribir sin pensar que luego juzgarán lo que escribo. Pensar sin reprimirme, soltar todo lo que tengo dentro. Pero qué más dará, mañana será otro día, y hoy la gente duerme tranquila. Y yo mientras tanto, sin poder cerrar mis párpados. Nos creemos tanto cuando no somos nada… y a veces tengo que bajar de mi burbuja de energía y de alegría para descansar. Para que mi mente descanse. No importa el tiempo, necesito descansar. No dormir. Descansar.

 Supongo que a veces al ser de un pueblo tan pequeño, la ciudad se me queda grande. Y echo de menos ver que a alguien le importa que ahora esté despierta. Que yo también soy frágil. Como todos, o más. Sólo hay que cruzar esa pared para saber que no soy de piedra. Que dentro de mí hay mucha fragilidad. Pero las luces de la calle, como todas las noches, no tienen sueño. Y yo hoy me uno a ellas. Me da lo mismo despertar mañana con mala cara. Y estar mal, triste, de bajón. Tengo mis días. Con mil pensamientos en mi cabeza, sin poderlos apartar. Como diría el segundo álbum de Bebe, Y. 

M.




Despierto con energía. Siempre con mucha energía, dispuesta a comerme el día. Pero siempre necesito un momento, un pequeño espacio para mí. Es lo que tiene la ciudad grande, te da esa opción. Salir a la calle sin que nadie te conozca, sin que yo conozca a nadie. Y me encanta eso. Pasear por nuevas calles, y dejarme llevar por la suave brisa que corre por mi cara. Me gusta tomar el café, siempre en el mismo sitio. Siempre con la misma compañía. Es un instante, un instante para mí. Sentirme tranquila conmigo misma, sin ataduras, sin presiones. Me gusta sentir que puedo yo sola, que no necesito más para ser feliz.
La felicidad va en pequeñas dosis.
*

jueves, 17 de marzo de 2011

Recuerdos de papel.

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado las dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme sola, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Quema.

El sol, los lunes, los lunes al sol, el último baile antes de marcharte, el cigarro, el alcohol, el fuego, el dolor, los insultos, los desprecios, las agujas, el humor negro, un mal día de invierno, el chocolate caliente, un amor de verano, o, las noches sin luna, las llamadas a última hora, un trabajo mal hecho, un mensaje sin texto, una ducha caliente, un beso que no sabe, el despertador a las 8, la lluvia sin paraguas..

martes, 15 de marzo de 2011

Mágica

La noche es mágica. Noches de luna llena, o sin ella. Navegas a un mundo sin fin, un mundo de ilusiones, sueños y magia. Siempre la magia de la noche. Todo tan silencioso, tan perfecto. 
Como la magia de una sonrisa capaz de alegrar todas las mañanas, incluso, las noches. Y mira que son perfectas de por si... Hay tanto por ver y escuchar en este mundo.
Y en las noches, más aún.

Busco. me

Que esto sea como un soplo de alegría, un magneticismo que me haga volverme loca; como si perdiese la cabeza. Como con las flores, arrancarlas a bocados. Grandes. Siempre.
Estar tan perdida, que encontrarme sea conocerme de nuevo. Conocerme más. Mejor.
No volver a estar, nunca, y siempre. Ser yo, con mi magia. Con mis noches.
Con mis noches mágicas